Saturday, April 19, 2008

De noche

Una noche pausada… él me besó, desperté bajo la sorpresa y sus labios en mi boca. Lo reconocí al instante: era mi deseo.

No dormía, él seguía mirándome, su mano izquierda comenzaba a recorrer mi pantorrilla. Mi aliento con el suyo entrecruzándose, entrecortado.
Oscuridad casi total, solo sus ojos de mar profundo.

Había comenzado a desnudarme lentamente, saboreando como fruta cada bocado; yo tocaba su espalda suave, pequeñas gotas empezaban a aparecer, pequeñas gotas fundiéndose en mis dedos.

Los sonidos del placer son los mejores, nuestros gemidos hacían el amor también.

Eran sus labios y los míos, nuestros cuerpos dos naturalezas formando algo más: montañas, selvas, ríos, la geografía universal.

Su cuerpo meciéndose entre mis piernas, ojos un mar profundo, labios abiertos, como mi cuerpo, no terminamos de morir.

Un vaso cae al vacío, despierto, el agua se ha regado, , trato de secarme, reponerme; se ha ido, no está…
Solo era mi deseo.